jueves, 29 de julio de 2010

EL PRIMERO

Recuerdo cuando comencé como voluntaria en la Asociacion Amigos de los Animales. Amaba haberme involucrado en ese grupo pero sentía que había algo que me hacia diferente a todos los demàs: era la única voluntaria que jamás había tenido un perro.

Un día que teníamos que sacar a los perros para pasearlos no supe como colocarle el arnés a uno de ellos y eso ocasionó la risa de mi compañero de turno. Todos tenían historias que contar sobre sus hijos perrunos o gatunos, menos yo. Yo sólo era la chica que cuidaba de las aves y que se había jurado que el primer perro que tuviera sería el que más necesitara un hogar.

En realidad, pensé que nunca tendría un perro al menos hasta que pudiera vivir sola. Al recordar a los perros en los caniles pensaba lo feliz que me hubiera sentido si hubiera podido adoptar uno de aquellos bebés que tan desesperadamente buscaban una familia.

Pero el destino nos tiene reservados cosas asombrosas, acontecimientos inesperados.

Cuando Perla no era aún nuestra hija, íbamos a visitarla con mamá en su antigua casa llevándole regalitos y comida. Un día apareció acompañada por otro perro. Un perro chusco, juguetón y confianzudo (así le dijo mi madre) que siempre se interponía entre nosotras y ella cuando ibamos a acariciarla.

El perro confianzudo se hizo asiduo de la cuadra. Iba y venía como tantos perritos van y vienen, como tantos perritos se buscan la vida, en el fondo quizás anhelando un destello de cariño en algún extraño. De pronto empecé darle comida y nos hicimos grandes amigos. En esa época yo pensaba que darle comida a un perrito de la calle era un gran muestra de bondad. Aún no entendía que mantener en la calle un perro, alimentarlo o ponerle una ropa no es ayudarlo porque sigue expuesto a innumerables peligros.

Casi sin darme cuenta, ese perrito empezó a entrar a la casa. Pocho renegaba pero lo permitía por unos cuantos minutos nada más. No lo quería adentro más tiempo. Esa era su respuesta definitiva: "Perros en esta casa, no".

Un día el perrito no apareció.

Cuando vino no pude creer lo que veía. Tenía una herida espantosa en el anca trasera, una herida que hervìa. Inmediatamente lo llevamos al médico. El diagnóstico fue que le habian echado ácido. Se le hizo un raspado de piel y se le curó la herida y de ahí fue a casa. Pocho estaba estallando. No queria perros pero ante mi insistencia y la de mi madre y quizás algún tipo de compasión escondida aceptó que el perro se quede "solo hasta que estuviera bien".

Una de esas noches en que estaba con nosotros, yo veía Rocky IV en la televisòn . Ivan Drago, el ruso malvado estaba literalmente masacrando a Rocky Balboa quien se encontraba ensangrentado y exánime. En ese instante, el perrito confianzudo cruzó la puerta y me miró, como pidiendo permiso para entrar a mi cuarto. De pronto, lo ví tan frágil, tan cansado como el héroe de esa película. Entonces ya no fue "ese" perrito. Se convirtió en Rocky.

Cada día que pasaba Rocky se hacía más y más parte de nuestra familia. El "hasta que esté bien" se iba acercando, pero yo estaba decidida a volver esa frase en un "para siempre". Rezaba para que eso pudiera ocurrir.
Pocho aún tenia la espantosa costumbre de soltarlo cuando no estábamos ni yo ni mamá. Así que decidimos que eso no podía seguir así e hicimos un trato y un pacto de familia: reeducaríamos a Rocky y de paso también a Pocho. Yo confiaba en que haciéndolo, las posibilidades de quedarse de mi adorado orejón de forma definitiva aumentarían.

Siguieron dìas difíciles. Estando acostumbrado a la libertad y estar en la calle, Rocky insistia en salir a pesar de estaba cómodo y muy bien atendido en casa. Daba golpes a la puerta aullando y ladrando molestísimo. Pocho, por su parte, ya sabía que no debía soltarlo. La clave es sólo una, entendí al fin: paciencia. El amor verdadero por los animales brinda una paciencia inmensa . Y nosotros amábamos a Rocky; estábamos dispuestos a darle una vida como se debe tener. Y lo logramos . Después de un mes de meses de caprichos y ladridos, logramos que Rocky ame la paz de estar en un hogar, del mismo modo que nosotros lo amábamos a él.

Rocky se convirtió así en mi primer perro. Ya grande y adulta encontré al peludito que iba ser mi compañero de toda la vida. Él, con su presencia, revolucionó toda nuestra visión del mundo de los animales. Mi madre, a la que antes se le dificultaba tanto asimilar mi lazo con los animales, lo entendió al fin. Su lazo con Rocky se volvió único e indescriptible; ambos se adoraban, en una devociòn tan grande, que no producía tanto mis celos como sí una inmensa ternura.

Y después de tantos años, èl sigue aquí conmigo. Impredecible, renegón, caprichoso, engreido, maravilloso. Adoro verlo tirado sobre mi cama y estirarse o verlo correr contento tras de mamá o gruñendo de placer cuando toma una carnaza entre sus dientes. Adoro verlo feliz. Él me ha enseñado tantas cosas que incluso como voluntaria animalista no hubiera aprendido, porque la enseñanza de la experiencia vivida es única.

Sé que estás mucho más apegado a mamá que a mí, así como Perla lo esta más conmigo, Rocky. Sé que por tu mamá te mueres y la respetas y que mí me ves como tu malcriadora oficial con la cual hacer tus travesuras, porque eres un pequeño cachorro atrapado en un cuerpo de un perro de casi 12 años.

Tengo tantas cosas por las cuales decirte gracias: gracias por preocuparte tanto cuando lloro y venir corriendo a querer abrazarme, por acompañar a mamá cuando está sola, por haberle enseñado a abrir su corazón con los animales y a entenderme más.
Gracias por esas noches largas en las que jugabas pelota de madrugada mientras Pocho renegaba (aunque también le divirtiera), por hacernos reir cuando protestas por tu comida o cuando quieres comerte todo el queso que hay en la refrigeradora o por tu mirada dulce que clavas en mí haciéndome sentir viva.

Pero sobretodo déjame decirte gracias por haberme dado la oportunidad de ser tu mamá y de amarte tanto y de aprender tanto de ti.

Te amo.

I would give up everything
Before I'd separate myself from you
After so much suffering
I've finally found a man that's true
I was all by myself for the longest time
So cold inside
And the hurt from the heart it would not subside
I felt like dying
Until you saved my life

Thank God I found you
I was lost without you
My every wish and every dream
Somehow became reality
When you brought the sunlight
Completed my whole life
I'm overwhelmed with gratitude
Cause baby I'm so thankful
I found you

I would give you everything
There's nothing in this world I wouldn't do
To ensure your happiness
I'll cherish every part of you
Because without you beside me I can't survive
I don't wanna try
If you're keeping me warm each and every night
I'll be all right
Cause I need you in my life

Thank God I found you (I'm begging you)
I was lost without you (so lost without you)
My every wish and every dream (every dream, every dream)
Somehow became reality
When you brought the sunlight (brought the sunlight)
Completed my whole life
I'm overwhelmed with gratitude
Cause baby I'm so thankful
I found you

See I was so desolate
Before you came to me
Looking back I guess it shows
that we were destined to shine
After the rain to appreciate
And care for what we have
And I'd go through it all over again
To be able to feel this way

Thank God I found you
I was lost without you (lost without you baby)
My every wish and every dream
Somehow became reality
When you brought the sunlight
Completed my whole life (whole life)
I'm overwhelmed with gratitude
Sweet baby I'm so thankful
I found you

Thank God I found you
I was lost without you
I'm overwhelmed with gratitude
My baby I'm so thankful
I found you

I'm overwhelmed with gratitude
My baby I'm so thankful I found you

(Mariah Carey-"Thank God I found You)