domingo, 11 de diciembre de 2011

EL REGALO DE NAVIDAD

La navidad dicen que es alegría .

Es cierto.

Los seres humanos no somos como los animales que pueden expresar felicidad y amor desinteresado todos los días y cada segundo del año. Nosotros necesitamos tener una fecha que de algún modo conmemore la generosidad, la alegría la inocencia.

Si existiera lo que denominamos un espíritu navideño ese se encontraría en los animales que no necesitan regalos materiales para expresar cuánto nos aman. Y nosotros quienes los amamos no sabemos que no hay mejor regalo que un animal feliz, moviéndote la cola, fijando en ti sus ojos brillantes, encontrando una nueva oportunidad después del sufrimiento.

Esta navidad no es mía. No la siento mía. La siento de todos esos animales que están solos en la vida y recorrerán las calles llenas de basura después del 24 y del 1 de enero buscando algo qué comer, buscando cómo resguarecerse del frío o del estallido de los cohetes.

Y pensando en todo esto es que he decidido esta navidad hacer un regalo especial a alguien muy especial.

Ese alguien es precioso físicamente y también espiritualmente. Es tierno y silencioso. Acepta con resignación una suerte que le fue impuesta y no merecida y trata de coexistir con ella aunque en sus ojos se refleja una inmensa tristeza.

Busca una razón de vivir todos los días No pide nada ni tampoco lo arrebata. Está en esa esquina mirándonos con austeridad, serio y taciturno y yo he decidido que no lo miraré más sino que le daré la oportunidad de tener una navidad diferente. Ambos la necesitamos.

Pero ¿saben algo? Me da un poco de miedo hacerlo ya que las cosas materiales de la vida no han estado funcionando muy bien últimamente para mí. Sin embargo, sé que los tendré a ustedes allí, dándome fuerzas y energía. No estoy sola si los tengo a ellos y los tengo a ustedes.

El fin de semana que viene empezaré el primer paso para darle un regalo a este ser maravilloso y dulce.

Ya quiero contarles quién es.

Me muero por que puedan conocerlo como yo lo estoy conociendo y amarlo como yo lo estoy amando.

Tengo el presentimiento que ustedes también lo amarán.


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