miércoles, 11 de noviembre de 2009

A PROPÓSITO DE TOROS II: EL DOLOR DE TAURUS

"Sentí como empezaban a amarrarme
en la espalda algo pesadisimo
¿será que no se dan cuenta de lo cansado que estoy? – me pregunté.
No hice resistencia.
Conocía la forma en que el señor trataba a los que se rebelaban,
y no quería que me pasara lo mismo que al otro toro.
Además, en el fondo tenia siempre la esperanza de que
si me "portaba bien" me tratarian mejor,
me sacarian de ahí o, por lo menos,
me darian un poco de agua."

ESTELA OLIVER, "EL TORO AL DESNUDO: TAURUS" (*)

El domingo 1 de noviembre algo llamó mi atención en el Suplemento Dominical de El Comercio. en la interesante sección de literatura que Jorge Eslava tienen en este diario. Era un titular en grandes letras rojas que contenía una frase simple pero poderosa: DOLOR EN EL RUEDO.

El titular correspondía a la reseña de un libro, de cuya existencia -debo confesar con no poco pesar- desconocía hasta ese día: "EL TORO AL DESNUDO: TAURUS". A través de páginas entrañables, un toro cuenta su historia desde sus primeros años, en la hacienda donde fue criado, hasta el día de su muerte en la arena donde inútilmente clama por una compasión utópica ante lo más cruel y absurdo de la humanidad.
Esta novela me hace recordar uno de mis libros favoritos Black Beauty (Azabache en el mundo hispano) de Anna Sewell, en la que un corcel negro narra sus aventuras y desventuras hasta encontrar finalmente la paz. Si bien Azabache puede obtener su ansiado final feliz, el caso de Taurus es diferente. Él no tiene esperanza de hallar un final feliz, ni siquiera tiene la esperanza de encontrar piedad, ni siquiera puede soñar con el solo hecho de vivir.

La idea de darle voz a un animal en la literatura no es nueva. Tenemos no sólo a Black Beauty sino también a Rebelión en la Granja (Animal Farm) de Orwell y a varios de los personajes de esa joya literaria que es El Libro de la Selva (The Jungle Book) de Rudyard Kipling. En todo caso, aquí lo que más conmueve es el trasfondo de los hechos, la trama en sí, lo sensible de un tema que nos toca y alude directamente en un momento el que aún sentimos fresca la sangre derramada durante el mes cúspide de la barbarie.

Esta novela fue presentada el año 2006 en la Librería CRISOL. Su autora Estela Oliver una uruguaya que estudió Administración de Empresas, tuvo que enfrentar la terrible experiencia de asistir a corridas de toros durante su estancia en nuestro país para empaparse de este rito sangriento y ponerse en la piel del toro de manera más descarnada y real. “Lloré sin parar” -declaró al ser entrevistada por César Hildebrandt– "La verdad que fue una tortura que hice para poder entender y empaparme de lo que estaba pasando, para poder escribir mejor el libro (…) que miedo y confusión se le veía en la cara, la lengua para afuera, la expresión de confusión, el aturdimiento….”
Un aspecto interesante, como acota Hildebrandt, es que esta novela se encuentra principalmente dirigida al público juvenil lo cual la hace acequible inclusive para ser leida por un niño; esto nos hace reflexionar acerca de algo que es de particular importancia: el sembrar en la nuevas generaciones una cultura de amor y respeto por la vida de los animales.

La reseña de Eslava me resulta especialmente encantadora no sólo por considerarlo un experto en lo que a literatura infantil y juvenil se refiere sino también porque ejerce el trabajo literario tanto en el rol de crítico como el de autor, lo que dota a sus palabras de un especial cariz de sensibilidad, de compromiso y de armonía. Eslava define en sus propias palabras esta novela como “un relato inusual, por su belleza y temple narrativo(...) una novela que se lee con agrado estético (e indignación moral) gracias a una prosa cuidada que revela un ánimo sensible de acercamiento al mundo animal y en favor de una vida armoniosa”.

Esta novela llega a mí en un momento significativo, ad portas del Acto Lima-Banderillas que se llevará a cabo el 14 de Noviembre de 1 a 3 pm. en el Parque Kennedy y que buscará despertar la conciencia por el dolor de otro ser, reafirmando la empatía como un pilar trascendental en la convivencia con otras especies. Súbitamente pienso en los muchos Taurus que han sido asesinados; en los Taurus que han muerto en el resto del mundo a causa de un snobismo y un sadismo hasta ahora incomprensible. Antes, en el momento de mi mayor desasosiego exigía saber cuando terminará, cuándo los animales podrán al fin ser respetados y concebidos como seres que comparten un mundo con nosotros como compañeros y no como esclavos u objetos, pero he ido aprendiendo con el tiempo que lo importante no es cuando termine todo esto sino el continuar en la lucha y nunca perder la fe ni la fuerza.
"EL TORO AL DESNUDO: TAURUS" se convierte así en una novela de obligatoria lectura no sólo para animalistas y antitaurinos sino para toda persona que simple y llanamente ame la vida, que esté dispuesto a ver más allá de su propio dolor, necesidades y existencia y a no ser sólo un expectante en el mundo sino también un actor.


(*) OLIVER,ESTELA. "EL TORO AL DESNUDO: TAURUS". Ediciones El Santo Oficio, Lima, 2006, 80 pp.





3 comentarios:

Unknown dijo...

Debe ser un libro muy bonito pero no lo leeré. No puedo almacenar en mi memoria un relato más o una escena más de sufrimiento de los animales. Recuerdo la sensación de tristeza al ver una película siendo niña, era de dibujos animados, creo que se llamaba "Todos los perros van al cielo"; luego cuando leí el Caballero Carmelo, lloraba mientras me imaginaba a Carmelo en la pelea; y ya más grande, las escenas de las corridas de toros, la matanza de focas o la extracción de pieles para los abrigos (ésta sí que me mató, no paraba de llorar todo el camino a mi casa... ni los días siguientes). No importa si la imagen o el relato no sea muy crudo, para mí siempre va a ser fuerte y luedo me voy a sentir destruida. Claro que eso no significa que no haga nada por ayudar en algo a los animales necesitados.
Me gustó mucho tu post anterior, hace dos meses tuve que dejar partir a uno de mis queridos hijitos (estaba muy enfermo), y me da terror, como dices, pensar que los demás también lo van a hacer, sus edades son de 8 a casi 13 años. No sé cómo prepararme para eso.

BLUE dijo...

Respeto tu decision Janet y sobre los hijos que se van dejame decirte que no importa lo que hagas o como planees controlar el dolor que sobrevendra, igual tev asaltara, lo sentiras...el momento sera devastante y solo debes ser fuerte para soportarlo..Mi enomorado me dijo una vez : "no pienses tanto en el momento que se iran porque te angustiaras demasiado y puedes dejar pasar momentos importantes a su lado"..y entendi que lo que debemos hacer es pasar el mejor y el mayor tiempo posible con ellos..UN beso.y gracias por tu visita.

Malu dijo...

La Antropología Filosófica, el cristianismo y la ciencia están de acuerdo en que los animales son incapaces de pensar, entendido como el acto de generar ideas y razonamientos a partir del intelecto, tal como hacemos los seres humanos.

Los seres humanos somos estúpidos e incapaces de valorar la posibilidad de otros tipos de pensamiento, otras maneras de observar la vida. En el caso de la tauromaquia, pasamos por alto incluso los sentimientos de los seres vivos: el miedo, la angustia, el dolor.

A veces me gusta imaginar qué pasaría si el toro, en pleno ruedo, se hiciera capaz de "pensar" tal como lo hacen las personas. Es decir, capaz de planificar maliciosamente la manera más brutal de matar al torero, de evadir inteligentemente las espadas, de disfrutar del sufrimiento y la sangre de los demás...